Sigue el viaje del velero Piropo, con sus tripulantes Dani y Sandra, en su pretendido deseo de dar la vuelta al mundo por los trópicos.

VENEZUELA (4ª PARTE): Últimos días de estancia en Puerto de la Cruz, vista a España y arreglos en el varadero. Del 10 de julio al 27 de septiembre de 2012.

 

Ya lo tenemos todo listo, agua, gas gasoil, gasolina y mucha comida. Todo preparado para pasarnos el máximo tiempo posible en las maravillosas y casi deshabitadas islas que vienen por delante: Isla Tortuga, Archipiélago de los Roques y Archipiélago de las Aves, todas pertenecientes a Venezuela.

 

Haciendo los últimos preparativos hemos salido del barco esta mañana para colgar la presente entrada y dejar todo a punto. La señal de internet es muy mala desde el barco y para subir todas las fotos es mejor acercarse a la oficina. Queríamos colgar esta entrada en nuestras últimas horas en Puerto de la Cruz para dejar la página al día porque en el próximo mes como mínimo, si no es más tiempo, estaremos sin conexión de ningún tipo y queríamos que las “masas enormes de lectores que nos siguen cada momento” supieran donde estamos. Pero al saltar del barco al pantalán, el pen drive se ha escapado del bolsillo y ha volado directamente al agua. ¡Vaya que bien! Y por si no fuera poco, siempre guardamos una copia de los archivos que escribimos pero precisamente esta vez no. Ley de Murphy sin duda. Así pues, como nos queda muy poco tiempo y queríamos colgar esta entrada como fuera, escribimos cuatro líneas (habrá gente que lo agradecerá) para informar un poco que hemos hecho en este tiempo.

 

Del 25 de julio al 23 de agosto hicimos un viaje a España para ver a la familia. Repartimos el tiempo entre Barcelona, Terrassa y Vinaròs. No teníamos pensado viajar a España tan pronto pero creímos que a partir de ahora sería muchísimo más complicado viajar, cada vez estaremos más lejos, así que decidimos aprovechar la oportunidad. Aprovechamos nuestra estancia en España para comprar un poco de material de náutica en Barcelona que, como casi siempre, lo compramos en Mercanautic ya que su dueño, Paolo, se ganó nuestra confianza desde el primer día asesorándonos cosas que para su negocio, a corto plazo, no eran nada beneficiosas.

 

Para coger el avión tuvimos que coger un autobús a Caracas que tardó a la ida cuatro horas y media y a la vuelta de España cogimos el mismo para ir de Caracas a Puerto de la Cruz y tardamos ¡dieciocho!. La diferencia de tiempo fue debido a que un puente de la principal conexión del centro con el oriente del país se había caído. El viaje fue un verdadero esperpento por muchas cosas. Había que dar una vuelta enorme y casi llegar a la zona de los Llanos para luego subir hasta Puerto de la Cruz. En este nuevo recorrido el conductor se perdió y por la noche se puso a preguntar a los pocos peatones que habían por donde era la dirección correcta. Las carreteras estaban llenas de baches muy profundos que el conductor esquivaba bruscamente en el último instante o que directamente se tragaba haciendo desequilibrar el autobús que llegaba incluso a salirse a la cuneta. La gente chillaba al conductor e incluso le insultaba. Algunas mujeres decían “¡¡¡Conductor por favor, que hay niños!!!. El pobre conductor condujo todo el tiempo él sólo y no hacía pausa alguna hasta que la gente no podía más y le gritaban que ya estaba bien y que querían mear. Por su parte, la zona de atrás de los pasajeros, como si fuera un viaje de instituto, hicieron amistad y montaron una especie de fiesta. Bebían, reían y gritaban. Alguien vomitó incluso dejando todo impregnado del característico olor. Un viaje de ensueño vamos.

 

El resto del tiempo hemos estado íntegramente en Puerto de la Cruz haciendo muchas tareas al barco. Algunas de ellas las hicimos en el varadero, en concreto lo hicimos en el varadero de TMO (Techmarine de Oriente) porque tras pedir presupuesto en otros dos varaderos, era el más económico. Además, allí conocimos a José Luís, el jefe de patio que además de ser un ingeniero con muchísimos conocimientos y experiencia en el mundo de los barcos, nos ayudó de forma desproporcionada. Por ejemplo, teníamos pensado cambiar la prensaestopa húmedo por uno seco. Nos habían contado que era una tarea relativamente sencilla pero nos dimos de bruces con la dura realidad al intentar aflojar el primer tornillo. José Luís no sólo se ofreció a ayudarnos en eso, sino que tomó como suya la faena de retirar el eje para instalar el prensaestopa. Así pues, aflojó los tornillos, retiró el acople para lo que necesitó, después de varios intentos, la ayuda de un gato hidráulico, y retiró también la cuña que estaba como soldada después de veinte años sin tocarse. Estuvo muchas horas dedicándolas a la tarea que conseguía entre hueco y hueco de sus tareas habituales. Finalmente el eje quedó retirado y con todos los engranajes de nuevo funcionando como el primer día. De esta forma nosotros ya pudimos instalar el prensaestopa nuevo sin problema.

 

José Luís también nos ayudó mucho cuando retiramos los suelos y vio la instalación de las cuadernas. Nos aconsejó retirar las mangueras que pasaban por el medio de las cuadernas tanto de la bomba de achique y como del agua dulce que, o venían de fábrica, o algún instalador iluminado de los anteriores propietarios había hecho pasar por allí. Nosotros retiramos las mangueras y desconectamos todos los cables (faena de locos) y él envió a un técnico fibrero que taponó todos los agujeros y tras esmerilar, reforzó todas las cuadernas con cinco capas más de fibra de vidrio. José Luís no nos cobró nada por estas tareas. Además y posteriormente, pese a que las cuadernas habían quedado durísimas, pusimos dos cuadernas más paralelas a las dos que hacían más trabajo. Ahora, el Piropo sería un pequeño tanque aunque navegando hasta ahora nunca habíamos notado ninguna cosa extraña. No obstante, pensamos que era bueno ser especialmente precavidos a partir de ahora que estaremos obligados a navegar “a vista” debido a los enormes desvíos en las cartas y con tantos arrecifes a flor de agua como nos encontraremos.

 

Además José Luís y el varadero tampoco nos cobraron nada por subir cuatro dedos la línea de flotación y por si no fuera bastante, nos dejaron todas las herramientas que necesitábamos en nuestra estancia en el varadero. Sin duda, no podemos estar más que agradecidos.

 

Aparte de hacerle el antifouling en el varadero, nosotros durante todo este tiempo hemos hecho otras muchas tareas al barco: hemos barnizado el interior para proteger mejor a la madera, hemos encerado todo el exterior del barco para dejarlo brillante como si hubiera salido del astillero, hemos pintado marcas en la cadena, hemos sellado cualquier posible pequeña entrada de agua como una que había en la base del piloto automático y otra pequeña en un portillo, hemos adaptado una segunda botella de gas venezolano al sistema americano para tener más autonomía en este aspecto, con la económica máquina de coser que trajimos de España arreglamos la funda de la mayor e hicimos fundas para las defensas, los bidones de gasoil y para todos los winches, aprendimos e hicimos conservas de verduras y carnes, etc.

 

Además, revisamos el motor del auxiliar por un motivo forzado. En uno de los últimos días en Puerto de la Cruz, cuando nos disponíamos a volver de comprar al supermercado con el auxiliar y justo cuando íbamos todo cargados, el pequeño motor no encendió. Un belga que pasaba por allí y que también volvía a Bahía Redonda nos remolcó todo el camino. Cuando llegamos a la marina buscamos un mecánico que por unos veinte euros, nos limpió el carburador y nos cambió la bujía y lo mejor, nos dio una clase práctica con todo detalle de cómo hacerlo en futuras ocasiones así como hacerle un buen mantenimiento al motor.

 

No todo fue trabajo, también charlamos mucho con nuestro amigo Bernabé y con un amigo suyo muy agradable, Luis Miguel, que vino a hacerle una visita un par de días. Con Bernabé también salimos a cenar una noche (invitados por él) y navegamos un domingo con su velero Voodoo hasta las islas de Chimana Grande y Chimana Segunda donde en el fondeadero conocido como el faro, vimos el genuino ambiente náutico venezolano. Era un verdadero espectáculo. Lanchas y lanchas fondeadas que se abarloaban entre ellas formando en ocasiones filas de hasta ocho lanchas.

 

Con otros amigos, Cora y Laurent, una pareja de franceses de velero Black Pearl, los dos de la edad de Dani, y Manuel, un brasileño del catamarán Chufa, salimos un día de fiesta. Cenamos unas pizzas prohibitivas en una zona de restaurantes de Lechería y buscamos un sitio para ver el ambiente festivo local. Tras meternos en un sitio donde las mujeres eran de las de “mal vivir” y considerando que el lugar no era demasiado apropiado para nosotros, nos fuimos a una discoteca normal. El problema aquí es que estaban haciendo o una redada o un control de papeles porque al parecer eran elecciones, y no se podía ni entrar ni salir. La gente joven esperaba con paciencia en el exterior pero nosotros, a las dos y media de la noche, esperamos veinte minutos y decidimos regresar a nuestros respectivos barcos.

 

Cora, que cumplía años, nos invitó otro día a una merienda en la piscina. Compartimos una agradable tarde charlando con ellos y otros navegantes. Esa misma noche nos despedimos porque ellos se marchaban para Los Roques, aunque seguramente nos los encontremos. ¡Nosotros ya casi estábamos a punto también para irnos!

 

Y así pasamos los días en Puerto de la Cruz. Ahora, con todo preparado, nos vamos a navegar por una zona que tenemos muchas ganas de conocer por sus islas desiertas, bonitas playas, aguas trasparentes, buena pesca de peces y langostas… un buen plan. Ya os contaremos cómo nos ha ido cuando lleguemos a la isla de Bonaire, dentro de un mes como mínimo o hasta que se acaben las provisiones.

 

Un abrazo.

 

 

 
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   

4 comentarios a “VENEZUELA (4ª PARTE): Últimos días de estancia en Puerto de la Cruz, vista a España y arreglos en el varadero. Del 10 de julio al 27 de septiembre de 2012.”

  • Hola Dani y Sandra,
    Os seguimos con gran admiración; un fuerte saludo Blanka, Isabel y Juanvi.
    Cuidaros mucho

  • Hola Sandra. Hace bastante que no te escribo entre unas cosas y otras se me ha pasado el tiempo volando y casi estamos ya en castañada. ¿Cómo estáis? Por las imágenes veo que todo va bien. Por aquí ha habido novedades empiezo:  Yo ahora estoy trabajando en Can Llong, donde estaba antes de bajar a Creu Alta y de Can Llong bajó otra compañera a Creu Alta. Mireia (dire) está ahora en La Llagosta. Rebeca ha tenido un niño precioso que se llama Abel. Y Abril, Joana, Bruna e Inés han comenzado todas el cole este año. ¿Qué te parece? unas cuantas novedades eh?. Pero todo bien, yo en can llong estoy muy bien y muy tranquila. Te mando muchos besos y hasta pronto.

  • Hola guapos, Sandra me encanta como te an quedado las fundas, eres muy apaña, y las conservas tienen una pinta mmmm, el piropo parece nuevo despues de la limpieza jejeje, veo que lo teneis todo preparado para partir sin problemas, disfrutar mucho mucho, un besazo.

  • [...] tiempo él sólo y no hacía pausa alguna hasta que la gente no podía más y le gritaban que…LEER MÁS…… Me gusta:Me gustaBe the first to like [...]

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